jueves, 4 de noviembre de 2010

  • El cumpleaños de la Infanta
La infanta era una niña hermosa que festejaba sus doce años. Todos en España la amaban, incluso los animales  y plantas del palacio. Era huérfana de madre, su padre consumido por la depresión no salía de los lugares oscuros.  La historia se trata de una gran celebración en la que gente muy importante asistía. A pesar de no pasar mucho tiempo con su pequeña, el  rey quería complacer a su hija por lo que contrató a gitanos y bufones para su entretenimiento. Entre estos espectáculos se encontraba un enanito de cuerpo deforme que danzaba. Cuando la Infanta pidió que se repitiera el acto, el pequeño se puso muy contento, porque creía que la niña se había enamorado de él.  Era un personaje que amaba la naturaleza a pesar de que ésta no lo quisiera. Cantaba con los pájaros y alababa la belleza de las flores.  Paseado alegremente por el Palacio se encontró con un espejo. Jamás se había visto y tampoco reconocía su figura en él. Después de un largo tiempo, se dio cuenta de que la verdadera razón por la que había recibido tantos aplausos y la gracia de la princesa era que era horrible. Se le rompió el corazón y murió. Al final, la Infanta se molesta porque ante la muerte del enanito ya no obtendría más diversión.
Wilde, Oscar. “El cumpleaños de la Infanta”. El gigante egoísta y otros cuentos. México: Andrés Bello, 2001.

No hay comentarios:

Publicar un comentario